
"Estoy confundido", " No era yo misma, mi reacción me asombró a mi misma", " No se lo que me pasa"...
En ocasiones, nuestra mente almacena un cocktail de sentimientos que ni nosotros mismos somos capaces de identificar. Ello ocurre sobretodo cuando no prestamos atención a dichos sentimientos y un buen día aparecen "sin más", aunque lleven tiempo conviviendo con nosotros. Es en ese momento cuando nos percatamos de que los sentimientos son auténticos desconocidos, seres invisibles que duermen en nuestra cama por las noches, y nos atosigan durante el día con la esperanza de ser comprendidos. Los sentimientos piden ser escuchados, no pretenden hacernos la vida imposible, simplemente SALIR y hacernos entender sus necesidades. Son muchos los sentimientos incomprendidos que, hartos de esperar, salen al exterior disfrazados, por ejemplo a modo de ataque de rabia, ansiedad o depresión.
Así pues, nuestros sentimientos merecen ser escuchados, y una buena manera para "conocer sus intimidades" es entrevistarlos. Podemos entrevistar los sentimientos de otra persona, pero también podemos entrevistar en silencio los nuestros. Para ello es necesario un buen trabajo de introspección y realizarlo en un momento de calma y tranquilidad, para poder escuchar con claridad qué nos quiere decir nuestro sentimiento.
Para entender mejor cómo es este trabajo de "mirar hacia dentro" y conocernos, hemos entrevistado a un sentimiento aquí en el Diván, esto ha sido lo que nos ha contado:
( La persona piensa en el sentimiento, recordando detenidamente alguna situación en la que lo ha sentido, y contesta las preguntas. En este caso la descripción de la situación es la siguiente: " Estoy en el trabajo sentado en mi mesa, muy triste, hace unas semanas rechazaron mi proyecto y ahora las tareas que realizo no me llenan")
ENTREVISTA AL SENTIMIENTO QUE APARECIÓ EN LA SITUACIÓN DESCRITA:
- ¿ De qué color eres?
Azul muy oscuro, soy prácticamente negro
- ¿ Qué forma tienes?
Tengo forma de puño ( podéis realizar un dibujo si lo deseáis, e ilustar este sentimiento)
- ¿ Qué tamaño tienes?
Soy un puño muy grande
- ¿ En qué parte del cuerpo estás ubicado?
En la garganta
- ¿ Estás quieto?, ¿te mueves?, ¿por qué partes del cuerpo te mueves?
Estoy bastante estático, me muevo de la garganta ligeramente hacia la boca.
- Si pudieras hablar, ¿qué dirías?
No se qué diría, pero chillaría.
- Cuando apareces, ¿qué ocurre?
No ocurre nada, simplemente la mente de mi persona empieza a procesar miles de pensamientos de impotencia.
- ¿ Tu persona se siente mal cuando apareces?
Sí, muy mal, se siente impotente
- ¿Qué tendría que ocurrir para que tu desaparecieras?
Que en el trabajo me valoraran más
- ¿Qué podría hacer tu persona para ayudarte a desaparecer o a cambiar de forma, color y ubicación?
Quizás romper cuatro platos al llegar a casa, o exponer su inconformismo ante el jefe y algunos compañeros.

El sentimiento de la persona X, era descrito como tristeza en el trabajo y apatía ante las tareas del mismo. Explorando y hablando con este sentimiento, parece ser que tiene forma de puño, su color es oscuro, y se ubica justamente en la garganta, impidiendo tragar saliva y obstruyendo el flujo interno de esta persona. Este puño, puede que esté triste, pero los cuatro platos que la persona X desearía romper al llegar a casa quizás, nos hablan de un puño lleno de RABIA, que intenta salir y no puede por la presión a la que está sometido en el trabajo. De este modo, la persona X puede comprender mejor los sentimientos que despiertan la propia impotencia, e intentar adoptar otra actitud que le permita ser más asertivo y decir en la medida de lo posible, aquello que tanto le incomoda.
Estas tan sólo han sido algunas de las muchas preguntas que podemos hacer a nuestros sentimientos, cuando deseemos conocer más sobre ellos e integrarlos de una forma sana. Su color, su forma, su ubicación, todo ello nos da muchas pistas sobre sus necesidades, y nos ayuda a comprender qué podemos hacer para que cambien y nos permitan vivir de una forma más relajada. En el ejemplo, la persona X, seguramente al adoptar una actitud más asertiva y exteriorizar de algún modo la rabia que siente ante tal inconformismo, desplazaría en puño lejos de la garganta, y posiblemente, su tamaño disminuiría rápidamente, eliminando así cualquier sensación de obstrucción y malestar.
EL DIVÁN OS ANIMA A ENTREVISTAR VUESTROS SENTIMENTOS Y DE ESTE MODO, CONOCERLOS Y COMPRENDER SUS NECESIDADES
Consulta privada Mª Teresa Mata, psicoterapeuta y fisioterapeuta.
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