DIETAS EXPRESS. LAS QUE NO COMEN NI DEJAN COMER.

En cualquier escaparate de una farmacia, en esta época del año, podemos ver los famosos productos que protagonizan las "dietas express" de última hora: perder de 3 a 5 Kg en un tiempo récord. Se trata de batidos, barritas tipo snack, o "líquidos amarillentos" que se convierten en el sustituto del desayuno, la comida y la cena, lo que, evidentemente, hace que perdamos kilos de un modo espectacular.
¿Es entonces cierto que perdemos peso en muy poco tiempo?
Por supuesto, si no comemos, perdemos peso. Hasta aquí estamos de acuerdo. ¿Aparentemente sencillo verdad?
Aparentemente. Las dietas express parecen ser fáciles y muy rápidas, pero tienen un enemigo en su contra: La ansiedad.
Las dietas, cuanto más restrictivas, más ansiedad provocan. El hecho de no comer, genera de forma inconsciente pensamientos repetitivos de deseo por "pecar" y picotear cualquier cosa. Conforme pasan las horas, este deseo aumenta, y con él la ansiedad y las ganas por atracar la nevera. Naturalmente, con estas dietas se pasa hambre, y los pensamientos repetitivos que sueñan con, principalmente, comida sumamente apetitosa, no ayudan. La ansiedad que provoca la abstinencia nos hace estar más irritables y agitados, y por supuesto, desemboca en un profundo malestar personal que no solo detectamos nosotros, sino también los demás. La actitud cambia fruto del estado ansioso, y el modo de relacionarnos con nuestro entorno, también lo hace. Esto también puede contribuir a aumentar el malestar personal, y como no, retroalimentar el círculo vicioso-ansioso en el que permanecemos atrapados.
Así pues, a la pregunta, ¿Es fácil seguir una dieta express? La respuesta es NO.
A la pregunta, ¿es rápida? La respuesta es SÍ, y ahí está el problema.
Las dietas rápidas tienen un gran inconveniente: cuanto más rápidas son, más fácil es que recuperemos posteriormente el peso que con tanto esfuerzo habíamos perdido. El miedo justamente a recuperar los kilos, provoca igualmente ansiedad, una ansiedad que nos avisa del "peligro" que puede significar el volver a comer todo tipo de alimentos. Por supuesto, así no podemos vivir. Nuestra dieta diaria debe ser variada y equilibrada, sino no podríamos seguir funcionando y hacer frente a la actividad laboral y familiar.
Nuestro consejo es claro: La imagen corporal va unida al bienestar personal. Una sin el otro convierten la dieta en un auténtico calvario, y de ahí que el riesgo de fracasar sea elavado. Si fracasamos creemos que no tenemos suficiente fuerza de voluntad, y no es así. La tenemos, lo que no podemos pretender es estar dispuestos a soportar una "tortura". Las dietas son importantes, busquemos aquella que nos proporcione unos resultados "reales".
Consulta privada Mª Teresa Mata, psicoterapeuta y fisioterapeuta.
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