martes, 15 de septiembre de 2009

¿Por qué ositos?





Los ositos de peluche, un referente de ternura para cualquier niño o adulto.

Grandes, pequeños, de trapo, vestidos, con lazo, sin lazo, blancos, marrones…

Para felicitar un cumpleaños, para dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia, para decir te quiero, para decorar la estantería, para regalar como souvenir, para promocionar un suavizante…

El oso, “dulce e inofensivo” animal, es sin duda, el preferido.

¿Por qué ositos? A caso no sería lo mismo regalar leoncitos, panteras o serpientes de cascabel? ¿ A caso no todos ellos son animales no domésticos, salvajes y peligrosos, que, si en algún momento se cruzaran en nuestro camino, echaríamos a correr?
Así pues, ¿Por qué el oso es un referente de ternura y amor?

Esta pregunta la lanzó una compañera de trabajo, y me sorprendió. A diferencia de todos, ella veía al “osito” como un animal agresivo, y no comprendía cómo el mundo entero transformaba su imagen en algo que es todo lo contrarío a su naturaleza.

Tras esta afirmación, no he parado de pensar en la imagen del oso. Aquellos anuncios del “osito Mimosín” despertaban el lado sensible de cualquier espectador, pero pensándolo bien, esa bolita de algodón, no era más que la viva imagen de un depredador, aunque su significado fuese todo lo contrario. Estos recuerdos han quedado de algún modo, saboteados por aquella opinión, a la que no le falta razón, y como mínimo, me ha hecho pensar que esto siempre es bueno.

Es más, hace dos semanas recibí un obsequio de la boda de un familiar. ¿Podéis imaginar qué era? Efectivamente, dos ositos vestidos de novios, montados de una bici, recubriendo una cajita de bombones. En un primer momento, no pude ver los ositos del mismo modo, aunque más tarde, personifiqué la imagen de las dos personas que se habían unido en matrimonio y vi que aquella imagen sí era algo dulce.

Entonces comprendí que nosotros atribuimos dulzura a aquello que deseamos, podemos personificar cualquier ser y transmitir con él, nuestros más profundos sentimientos, tan sólo necesitamos dar la expresividad necesaria para ello, en la mayoría de los casos, una sonrisa.

Me he fijado, y la mayor parte de los ositos sonríen. El osito Mimosín, la parejita que guardo del recuerdo de la boda, los que aún conservo de mi infancia, los que decoran la ropita de los niños, el que promociona una famosa cadena de jugueterías,…

El oso sigue siendo quien es, nosotros somos quienes podemos darle, aunque sea desde la ficción, la cualidad de saber sonreír y transmitir aquello que, en ocasiones, las palabras no pueden decir.

Mi lema ahora sería “pon un oso en tu vida”, continúo adorando a los ositos y creo que siempre podemos decir algo con ellos. Así pues, si quieres decirle a alguien cuanto le quieres, si quieres decir perdón a alguien, si hace tiempo que no vas a ver a aquel familiar, si quieres agradecer la ayuda de un compañero, si deseas recordar a tu madre cuánto la quieres, …¿Por qué no un oso?

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3 Comments:

At 2:06 p. m., Blogger Lamamma said...

Y no te olvides de Jacky y Nuca... serie tierna donde las haya, vale que eran pequeñitos, pero ¿quién no lloró cuando muere su madre?

 
At 4:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hola. Que bueno! La verdad es que a mi tampoco me interesan mucho los ositos. Como animal me gustan los perros y los hamsters. Pero como peluche suelo elegir solo perros.

Tengo alergia a los acaros del polvo y prevengo que mi hija la tenga eligiendo solo peluches lavables y ademas que no tengan pelo largo porque ella se lo come. Eso limita mucho la eleccion, pero por fin he encontrado uno de un delfin y ella lo abraza con tanto cariño...

Creo que cualquier muñaca o delfin que inspire cariño esta bien, pero entiendo eso de que no a todo el mundo le guste un peluche de leon, oso, serpiente y otros animales peligrosos o asquerositos. En la tienda de un zoologico he visto de toda clase y es increible que los vendan.

 
At 12:27 a. m., Anonymous Anónimo said...

me agrada la version, deberias añadir mas fotos

 

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