martes, 29 de julio de 2008


GRAFOLOGÍA, ¿EL ESPEJO DEL ALMA?


A ver…mmm…Por fin llega la última prueba, tranquilo Antonio, ya tienes este puesto en el bolsillo…veamos…” Realice una redacción de 10 líneas sobre sus aspiraciones y objetivos laborales”
Fácil, lo importante es demostrar mis ganas por trabajar y poner cuatro florituras más a cerca de lo que quiero conseguir supuestamente en esta empresa.


Aparentemente, el objetivo de la redacción es conocer los objetivos de Antonio en la empresa, pero, ¿eso es todo? Cada vez más, el estudio de la escritura forma parte de procesos de selección para todo tipo de trabajos. Conocer la forma de organización del individuo, su actitud y su facilidad por colaborar, valorar si se trata de una persona optimista, segura, positiva, extrovertida, o por el contrario pesimista, con dificultades para relacionarse con los demás, con miedo a mostrarse tal y como es, etc.

Parece ser que la grafología es capaz de todo esto y mucho más, y no sólo en los procesos de selección de personal, también en psicoterapia, en ámbitos escolares, en accesos a estudios superiores, etc.

Así pues, ¿Cómo podemos definir la grafología?

La Grafología es el estudio del carácter de una persona a través de la mímica de su escritura. De ello puede deducirse que la importancia del mensaje no radica en el contenido semántico del texto, sino en las características físicas de la escritura. El estilo de la redacción, la corrección ortográfica y el asunto que se expone son, en principio, irrelevantes; lo que debe llamar nuestra atención es EL MOVIMIENTO DE LOS TRAZOS DE LA ESCRITURA.

De la misma forma que el aspecto de una persona, su manera de moverse y actuar permite hacerse una idea bastante acertada de su manera de ser, la grafología afirma que puede conseguirse el mismo resultado gracias al análisis de la caligrafía mediante diversas técnicas interpretativas que ha desarrollado esta “ciencia”.

Líneas suaves que acarician o agresivas que pinchan, filigranas, trazos sinuosos, seductores y presumidos, bucles y lazos: cada rasgo es una muestra de nuestro carácter. Una persona activa, inquieta e intensa, llena de negro todo el papel con vivacidad e ímpetu, dominando la escritura sobre el blanco de la hoja. Si por el contrario fuese de talante pausado y apacible, se entretendrá con trazos perezosos y prolongados, dejando muchos espacios en blanco.

Las palabras de una persona pueden engañarnos, pero no sus gestos (sean escritos o corporales). La incongruencia entre lo verbal y lo no verbal es la que nos dará la clave. Una persona puede decir que tiene muy buen carácter y su tono de voz y sus gestos ser bruscos o agresivos. Si lo hiciese por escrito, su escritura estaría llena de ángulos y pincharía, y con ello podríamos deducir que lo que dice no es verdad.

La grafología estudia el conjunto de la personalidad del que escribe, su intelecto, su evolución personal, su energía y su emotividad, y además informa de la manera en que se relaciona con los demás, de cómo trabaja, qué es lo que le motiva y cómo se siente.

El escribir es un gesto inconsciente: el cerebro, el sistema motor, las emociones y la energía personal actúan en sincronía con el brazo y la mano del escritor cuando este traza palabras en un papel. Y es que la escritura es un retrato de la personalidad del sujeto; en ella se aprecia su nivel cultural, sus mecanismos de defensa, el momento emocional que está viviendo, su grado de madurez, su actitud frente al mundo que le rodea y sus vivencias interiores…¿Podríamos decir entonces que la escritura es EL ESPEJO DEL ALMA? Si es así, ¿Es posible esconder aquello que no deseamos mostrar, o por el contrario, el inconsciente puede traicionar poniendo todas las cartas sobre la mesa?

Antonio, temía no obtener ese trabajo, y por ello, propuso objetivos que ni tan sólo él creía que podría conseguir. La inseguridad y el miedo al fracaso se hicieron notorios en su redacción, y lo que es peor, la mentira y falsedad de su discurso.

Antonio dudaba de su capacidad de organización y resolución de conflictos. Antonio creía que los demás no le verían como una persona válida, con carácter y capacidad para tomar decisiones acertadas…Antonio estaba convencido que los demás no podrían confiar en su trabajo, pero estaba muy equivocado: LOS DEMÁS SI PODÍAN CONFIAR EN ÉL, QUIEN NO PODÍA HACERLO ERA EL PROPIO ANTONIO.

Con todo esto, no intentamos mostrar técnicas concretas para desvelar lo que nuestro inconsciente, grafológicamente, es capaz de decir, tan solo queremos transmitir un mensaje: NO TENEMOS QUE TEMER A NADA SI SABEMOS QUE AQUELLO QUE MOSTRAMOS, ES, EN REALIDAD, AQUELLO EN LO QUE CREEMOS Y CONFIAMOS.



Consulta privada Mª Teresa Mata, psicoterapeuta y fisioterapeuta.

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9 Comments:

At 10:13 a. m., Anonymous Anónimo said...

Es decir, que Antonio debería de haber cambiado su forma de escribir. Eso, sin pensar en su mirada, si es miope o bizco, la postura de sus manos, ese tono de voz nasal fruto de sus problemas de alergia por un tabique desviado y un exceso de jabón, su calva prominente y su falta de atractivo. Si encima no pasa de la estatura media y pesa un poco más de la cuenta, ya ni hablamos del traje o su falta de criterio para la corbata. O de su necesidad del empleo porque no tiene otro medio de vida o de esa exmujer que le está amargando la vida. No sé si eso sale también, lo mismo.

En esta moda de buscar la perfección en lo imperfecto, a través de técnicas más que discutibles, que rozan la superstición y la quiromancia, me pregunto quién examina al examinador, no te cuento examinadora si es en el caso de Antonio.

Es más que absurdo, en una sociedad donde los individuos tenemos tantísimas carencias, todos ( y hay más de los malos y tontos que de los otros), intentar sacar a la luz lo que para nadie es tangible. Es inhumano y raya, curiosamente, con lo que las mal llamadas democracias occidentales dijeron intentar evitar a partir de 1945. Vamos a terminar siendo como "las empresas" quieren que seamos o ya sabemos lo que nos espera, a nosotros o a los infelices que nos sucedan, si es que no son los hijos de los poderosos, con buena o mala letra, qué más da. Pero es que la democracia, entendiendo ese palabro como el trato igualitario del individuo, se nos escapa en este mundo capitalista y obsceno, olimpiadas y crisis negadas incluidas (sobre todo por los que no las sufren), sin ir más lejos.

Sinceramente, estas técnicas, junto con casi todas las demás del género, son un asco. Eso sin analizar la dudosa eficacia psicólogica en general, a los enfermos sanados me refiero, y menos esa "golemaniana" y patética mentira de la seguridad en uno mismo, la empatía y el buen rollito emocional (para vender libros de autoayuda sí que vale).

Pero bueno, al menos trabajan los psicólogos, grafólogos y demás. Lo curioso es estar luego con los últimos en un juicio y ver como discrepan con la misma cuartilla(suele ser a favor del que les paga). ¿He dicho los últimos sólo?

Cada día somos más patéticos todos. En fin, espero ganar en estulticia y cambiar mi letra, no sé si adrede o es algo que sucede por sí mismo.

No se lo tome como algo personal, aún sin letra le digo que su blog es interesante y es un buen trabajo, pero esta es mi opinión al respecto. Estas técnicas no deberían de utilizarse, ni las genéticas, ni la forma del rostro, ya dudo hasta de las entrevistas.
Y al final contratan de administrador al más sinvergüenza, así es la vida, eso si es que no es el enchufado o enchufada de turno. Que ya hay que distinguir.

Antonio Más del Montón.

 
At 8:17 p. m., Blogger El Divan Digital said...

@ Antonio

Disculpa el retraso en la respuesta, estamos de vacaciones estos dias. Tb disculpa la ortografia, no hay acentos pq el ordenador es italiano.

Bien, es una opinion totalmente respetable. No todo el mundo se guia por estas tecnicas, hay incluso psicologos que incluso las ignoran totalmente. De todos modos, la grafologia pretende ser un reflejo del subconsciente, y de hecho, puede reflejar el estado de animo de un momento en concreto, no tiene pq describir rasgos unicamente personales e instaurados.

Esperamos que sigas visitando nuestro Divan y que sigas dando tu opinion.

Saludos

 
At 2:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

El tema es tan grave que creo, por su respuesta, que usted no se ha parado a pensar en el mismo.

Aquí se trata de los derechos de los trabajadores, desde el directivo hasta el dependiente del último mostrador, y es que se está perdiendo a pasos acelerados lo conseguido por el sufrimiento de tantos durante tanto tiempo.

Las connotaciones de su ejemplo son terribles, se vulnera en él todo lo mas elemental. Voy a intentar ser breve, aunque son tantas cosas que me costará.

Transgrede uno de los principios máximos del derecho, el saber qué se le está aplicando a uno y el principio de contradicción, de poner en tela de juicio esa “verdad” con mayúsculas que usted defiende. Mire, simplemente un comentario, la denostada y mal utilizada maquina de la verdad apenas consigue un éxito del 57% en el mejor de los casos, ¿es capaz usted de seguir manteniendo que Antonio miente? ¿Con qué tanto por ciento asevera usted tal afirmación? ¿Lo dice por ese quiebre de la jota? Y cuidado, se utiliza, pero vamos a ver en qué casos y de qué manera.

Luego, y más grave, es el engaño. Hasta los presos en nuestras cárceles tienen derecho a saber qué tipo de tratamiento se les está aplicando y aún más, hasta negarse al mismo sin que eso tenga ninguna repercusión negativa, y aún más, valga la redundancia para hacer mayor énfasis, hasta no perder ninguno de sus derechos y que sea la Administración la que por otros medios siga los procesos que le son inherentes para la progresión dentro del sistema y garantice todos aquellos no afectados por la pérdida de libertad. ( Comparando con Antonio, que se podría haber negado a tal prueba y que la empresa tendría que haber realizado su selección proponiendo otros o por otros medios, sin que los derechos de Antonio se vieran afectados. Impensable, ¿verdad? ) Y le recuerdo que ninguna prueba en un juicio es válida si no se ha seguido lo estipulado en la ley procesal. ¿Qué ley le atribuye a usted el derecho de realizar un estudio de la personalidad de Antonio sin su expreso consentimiento?

Estamos llegando a un grado de indefensión en lo laboral que es muy preocupante, y por desgracia estas “lo que sea logías”, muchas veces con fundamentos no todo lo científicos que debieran, se atribuyen el triste honor de seguir aumentando la presión.

Aún recuerdo una noticia de hace meses donde una empresa contrataba a sus trabajadores por un estudio de los rasgos faciales, técnica científica donde las hubiere. Como es natural todos estaban contentísimos, el empresario por el éxito de la misma, los curritos por tener trabajo por la cara, nunca mejor dicho, y el menda del estudio en cuestión, que sus buenos dividendos le reportaba y que, por supuesto, no habia pasado por el trance. Nadie le pregunta, eso sí, a los que no han aprobado tan objetivo test y siguen engrosando el trasnochado inem. Ahora mismo se me viene al recuerdo esas imágenes de los médicos nazis midiendo la nariz de algunos, para saber si eran más o menos arios, más o menos inteligentes. Y lo realmente curioso de todo esto es que tan pocos nos demos cuenta, se de la noticia tal cual en todos los medios y seguimos sentaditos en nuestros sillones con unas risas.

No deja de ser cierto que injusticias hay todos los días en este ámbito dejado de la mano del derecho. Propiedad privada, herencia, amiguismo, nepotismo, todo se confabula en contra de los mismos infelices Antonios de siempre. Pero estas prácticas ya son el colmo. Pronto pasaremos a mayores, estudios clínicos, adn, posibilidad de enfermedades o adicciones, vaya usted a saber lo que somos capaces de inventar. Hoy mismo ya se dan. No hay gordos en los mostradores, tampoco en televisión, esa imagen clónica que tenemos que dar para pasar una entrevista o el capricho de alguien. Por afinar casi tampoco personas que pasen de cierta edad. Minusválidos, grupos étnicos minoritarios, personas “diferentes”, todo vale, hay para todos los gustos y sería largo exponer tantos y tantos casos.

Las empresas son dictaduras y se les permite todo. Pueden despedirte por cuatro euros aunque lleves toda tu vida ahí y sea improcedente hasta para un juez. Y es más, aunque tengan que cubrir tu puesto con otra persona. Esta es la seguridad jurídica de un trabajador. Y encima estas cosas.

La ley de protección de datos, por otro lado, dice proteger datos de salud y personalidad, me pregunto si estas prácticas no transgreden esos principios, y le pongo otro ejemplo para terminar, porque este tema es que no tiene desperdicio y podría escribir por horas :


Imagínese usted que existe una blog-logía, auténtico espejo del alma y la mente de quien los suscribe. No me diga que es tan descabellado, porque tiene su similitud. Se trata de analizar sus frases, palabras, vocabulario, sus construcciones, su manera de expresarse y hasta los colores, la organización y las fotos que elige. De tal forma que podemos hacernos una idea clara de su personalidad, no me apriete usted ahora a mí en cuanto al tanto por ciento. Elevado, muy elevado, como lo de las facciones.

Su empresa, en donde usted trabaja, póngase en el ejemplo, está sopesando incluirla en un procedimiento de selección para un puesto de mayor responsabilidad, y sin que usted lo sepa encargan este estudio. En él, por desgracia no sale usted muy bien parada, el “experto” en cuestión dice que usted miente en aquella redacción que hizo descriptiva de sus aspiraciones, que es una persona insegura y además con un sentido de la estética muy particular (doy fe de que no lo creo, esto es solo un ejemplo) basándose en esta novedosa y comprobadísima técnica. La nariz no se la miden otra vez, algo es algo.

Como conclusión del proceso la empresa guarda esa información y no le dan el ascenso. No solo eso, usted al tiempo, y debido a esos informes se encuentra con que su derecho a la promoción y formación en el trabajo (esto es algo que ninguna de las dictaduras empresas parece recordar y está legislado) es negado una y otra vez, costándole a la larga una tremenda insatisfacción motivada por la injusticia de lo que usted desconoce. Ello, además, le incide, como no es de extrañar a cualquiera con un mínimo de sensibilidad, en su rendimiento, y al final le cuesta su ansiado y necesario trabajo. Todo esto en una sociedad avanzada, donde el trabajo es un derecho constitucional (aunque no fundamental, mala suerte). Total, sin empleo se vive estupendamente.

Ahora, cuando usted haya analizado esto, me explica lo de Antonio y como, una técnica muy discutible, es capaz de incidir en nuestros derechos más fundamentales. Podría usted decirme que la entrevista, tan utilizada, no deja de ser algo arbitrario, o hasta llamando las cosas por su nombre en esta sociedad tan cínica, una tapadera para meter a quien nos de la gana. Es cierto.

Ni usted ni yo vamos a cambiar nada. Gente más preparada, más competencia, menos sueldo, peores condiciones laborales, sistemas vergonzosos de contratación (ahora mismo recuerdo las preguntas de talla de ciertos grandes almacenes, y probablemente de todos), esto no parece tener fin.

Al menos no deberíamos casarnos con el poder de esta manera, por el corporativismo y el mero negocio, y utilizar las herramientas para lo que son, para ayudar a la gente. Para eso la psicología esta muy bien, y hasta la grafología, si es que se ponen de acuerdo en el autor de la cuartilla. Para esto no, es una canallada afectar el futuro de alguien por algo así.

En fin, la búsqueda del trabajador estrella de Goleman y de sus ventas millonarias. De las empresas ya hablamos menos, no interesa. Definitivamente prefiero a Fromm.

 
At 2:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

Disculpe usted la longitud, no pretendo monopolizar su espacio. Pienso que el tema lo merecía y no volveré a participar de esta forma. A buen entendedor...

Insisto en felicitarle por el blog, sinceramente, sin dobleces.

 
At 9:36 p. m., Blogger El Divan Digital said...

@ Usuario anónimo

Disculpa de nuevo el retraso en mi respuesta, en época vacacional es complicado estar conectado.

Yo también vi la noticia sobre el estudio de las facciones como modus de inclusión/exclusión, sorprendente pero totalmente respetable para quien desee montar una empresa contemplando este factor. Podemos creer o no creer en ello, pero así es la empresa: yo compro a mis trabajadores, y por ello, elijo el modo de hacerlo, siguiendo mis criterios, y mi modus inclusión/exclusión. Puede ser duro, pero la empresa privada podría llegar a hacer tu propuesta de "análisis del blog" y decidir si yo soy válida o no para el supuesto puesto. ¿Es ético? ¿ es el mejor modo de elección? ¿ sería un factor decisivo o únicamente un factor más para valorar? Sea como sea, una empresa elige del modo que más le convenga, y lo importante es EL POSTERIOR FRUTO. Qué más da el modo si después aquella persona quizás no funciona para ese trabajo, o por el contrario, si todas las personas han funcionado, ¿pq cambiar el modo de elección?

Estas palabras son frías, pero no se alejan de la realidad. En mi opinión, lo imporante es conseguir un buen equipo, y bien, sea como sea el modo de elección, LO IMPORTANTE ES QUE EL EQUIPO FUNCIONE.

ASí pues, ¿Qué técnicas son más eficaces para conseguir este buen funcionamiento? Pues quizás no existen técnicas mejores que otras, quizás, simplemente, cada empresa las adapta según su forma de trabajo, y esta adaptación es la clave del éxito.

Gracias por opinar en el blog, sin duda, son muy interesantes sus palabras, pueden abrir discusión, y en definitiva, esto es lo que deseamos en el Diván, conocer aquello que pensais en realidad.

SALUDOS

 
At 9:36 p. m., Blogger El Divan Digital said...

@ Usuario anónimo

Disculpa de nuevo el retraso en mi respuesta, en época vacacional es complicado estar conectado.

Yo también vi la noticia sobre el estudio de las facciones como modus de inclusión/exclusión, sorprendente pero totalmente respetable para quien desee montar una empresa contemplando este factor. Podemos creer o no creer en ello, pero así es la empresa: yo compro a mis trabajadores, y por ello, elijo el modo de hacerlo, siguiendo mis criterios, y mi modus inclusión/exclusión. Puede ser duro, pero la empresa privada podría llegar a hacer tu propuesta de "análisis del blog" y decidir si yo soy válida o no para el supuesto puesto. ¿Es ético? ¿ es el mejor modo de elección? ¿ sería un factor decisivo o únicamente un factor más para valorar? Sea como sea, una empresa elige del modo que más le convenga, y lo importante es EL POSTERIOR FRUTO. Qué más da el modo si después aquella persona quizás no funciona para ese trabajo, o por el contrario, si todas las personas han funcionado, ¿pq cambiar el modo de elección?

Estas palabras son frías, pero no se alejan de la realidad. En mi opinión, lo imporante es conseguir un buen equipo, y bien, sea como sea el modo de elección, LO IMPORTANTE ES QUE EL EQUIPO FUNCIONE.

ASí pues, ¿Qué técnicas son más eficaces para conseguir este buen funcionamiento? Pues quizás no existen técnicas mejores que otras, quizás, simplemente, cada empresa las adapta según su forma de trabajo, y esta adaptación es la clave del éxito.

Gracias por opinar en el blog, sin duda, son muy interesantes sus palabras, pueden abrir discusión, y en definitiva, esto es lo que deseamos en el Diván, conocer aquello que pensais en realidad.

SALUDOS

 
At 12:38 p. m., Anonymous Anónimo said...

Tiene usted toda la razón, para qué la ética, ni plantearla siquiera, no la necesitamos. Menos en el ámbito empresarial, feudo medieval que, con el beneplácito interesado de tantos, nos esclaviza por ese derecho consuetudinario y no escrito que le da la COMPRA de nuestro tiempo y hasta, por lo que puedo intuir desde su frialdad y la de tantos otros, de nuestra fraternidad y del más elemental sentido de la justicia. ¿Sería lícito entonces que esas mismas dictaduras-empresas requirieran esa misma ética de sus empleados? ¿Va incluido en el sueldo?

Y también puedo estar de acuerdo con ese “qué más da el método, lo importante es el resultado”. Podemos obviar el mérito y la capacidad, o incluso la imparcialidad y la objetividad que en otros tantos campos exigimos sea la máxima posible (hay muchas leyes que contemplan estos principios, entre otras las que regulan el acceso a la Administración), porque lo importante ya sabemos lo que es, salir airosos, el éxito, la clave de todo. Pero, ¿es de verdad eso? Y, ¿quién nos garantiza que sin nada de lo anterior podamos acercarnos siquiera si es que lo fuera? ¿La ilusión, la superchería? ¿Dónde está la ciencia en aquello en lo que se puede creer o no?

El trabajo no es materia de cambio, es un derecho y un deber reconocido en todas las legislaciones, por elementales que sean, no es algo con lo que se pueda jugar de esta manera. ¿No le parece la declaración de los derechos humanos de 1948 básica?

No sé si Antonio es real o no, puede serlo, esto sí lo es. Recuerdo, hará ya 25 años a una compañera de la Universidad de la que presumo de amistad, es sólo un caso más de tantos que conozco, por la edad y no solo por eso. Y por favor, no saque conclusiones psicológicas de mi “antipatia” por el caso, ni tan siquiera por este hincapié, aunque conociendo el tema como lo conozco, probablemente...da igual, pone usted esas cosas y no se escandaliza a sí misma.

Sigo. Aquella mujer destacaba en todo, en belleza, en inteligencia, en capacidad de trabajo y en honestidad. Terminó la carrera y decidió encaminar sus pasos a una Caja, de esas que hoy hablan tanto de obra social y buen rollito al uso de los tiempos, o de objetivos y equipos humanos por dentro, también a la moda. Provenía, sin embargo, de un estrato muy bajo, no tenía ni medios económicos algunos ni relaciones sociales, ese empujoncito que hace “mejorar la letra” o “arreglarte las facciones” milagrosamente. Opositó y sacó una de las primeras plazas, como nos tenía acostumbrados y yo mismo la acompañé a la entrevista. Salió airosa y feliz. Se casaba en breve con otro chico de su marginal barrio, tengo que reconocer que para envidia mía, y la vida empezaba a darle ese giro que tanta lucha le cuesta a los que nacen sin herencia alguna.

En el trabajo era igual que en la Universidad o mejor si cabe. Destacaba allá donde fuera y su forma de ser, su simpatía, su alegría lo contagiaban todo y a todos. Yo mismo pude observar eso en alguna visita que le hice o en esas cervezas al salir. Para los mayores era una hija y para los que no la novia que hubieran querido tener. Pero quizás ahí estaba el error, nos olvidábamos de ellas, las otras, y también de que, en el fondo, era una don nadie, guapa, pero demasiado decente.

A los dieciocho meses la llamaron de personal y le comunicaron su desdicha. El contrato temporal hasta los dos años y su posterior indefinido (tal y como era la política de los de la sonrisa y el puñal a la espalda) no le iba a ser renovado. ¿Motivo? No había alguno en el “desempeño”, no podía haberlo, al contrario. ¿Entonces? Está claro, la excusa, lo que no se puede contrastar, aquello en lo que se cree o no, como usted bien dice. Por supuesto, la entrevista. Recuerdo perfectamente lo que le decían: “¿qué has podido decir en la entrevista?”. A lo que ella sólo contestaba: me preguntaron por mis padres, nada más. Nada más sí, a veces lloraba.

Antes, y de pasada, aunque vuelvo a extenderme, sólo referir los comentarios que le hacían personajes con buenos sillones, y no estoy seguro de qué intenciones, o más bien sí de alguno, acerca de su reciente matrimonio y esa nefasta posibilidad de quedarse embarazada. Qué cosas tan raras, ¿verdad? Ética, valiente entelequia para algunos.


Me llamó desencajada y hundida pidiéndome ayuda, como si el mundo se le viniera encima. Lo intenté por medio del sindicato pero sólo fue para descubrir que aquello no era algo puntual. Había muchos despidos, excusas variadas, y de trasfondo una situación tirante entre la representación de los trabajadores y la empresa, quizás hasta el capricho de alguno y la falta de humanidad de otros. Ahora pienso en el absurdo de aquellos despidos si luego contrataron a tantos y a tan malos, solo hay que entrar en cualquier oficina. Un delegado de Comisiones se interesó muchísimo en el tema, hubieron reuniones de todos los vilipendiados, ilusiones rotas con el resultado de siempre, eso sí.

No hubo nada qué hacer, los demás tenían más enchufe, más dinero invertido, más negocio, eso en voz baja por los mismos de las intenciones dudosas (como se dicen esas cosas, que a veces ni con Sonotone), y ella entró en una depresión que por esos extraños funcionamientos de nuestra mente le costó cara.

Hoy, veinte años después sigue sin trabajar, no soporta la idea de enfrentarse a un psicólogo ni tan siquiera como ayuda a su problema, que lo sigue teniendo. Su marido me dijo en una ocasión que había dejado de leer, lo que me pareció increíble, que nunca se preparó aquellas oposiciones al estado que le planteamos como salida y que no era la misma. Estuvo en alguna oficina de tres al cuarto pero no aguantó o tan siquiera duraron, ella no era para eso. Una vida truncada, sus sueños, aquel apartamento con vistas al mar del que me hablaba y que nunca tuvo.

Yo estuve aquel día frente a aquella puerta, casualidades de la vida, esperándola salir de su entrevista. Aún hoy recuerdo su cara de felicidad, aquellos ojos tan azules y un vestido precioso que la hacía aún más elegante de lo que por sí misma era. Iba a poner el tiempo que duró, no puedo precisarlo con absoluta seguridad, pero sí recuerdo que fue brevísima.

Es solo un caso más, de alguien a quien aprecio y admiré en su tiempo. Pero es una vida y es también un trocito de los que la rodeamos.

Eso sí que es importante, y no esos falsos equipos y esa clave del éxito que en el fondo no son más que humo. Que por cierto se vende muy bien, es cierto.

En fin, lo mismo hasta hay algún necio capaz de decirme que aquella psicóloga descubrió, en aquellas dos frases, ese cristalito en su cabeza que dieciocho meses después rompieron desde esa no ética y desde ese “derecho” de compra. También hay vida extraterrestre, es una posibilidad.

 
At 6:44 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo tengo distintos tipos de letra, según el humor del que esté, el tiempo que disponga para escribir, si tengo prisa o no, si lo que estoy apuntando es la lista de la compra o estoy escribiendo un cuento.

¿Soy esquizofrénico?

Realmente, ¿es fiable la grafología?

Saludos,
Ivan.

 
At 1:10 a. m., Blogger El Divan Digital said...

@ Iván

CIerto, según el estado de ánimo escribimos de una forma u otra, por ello este mismo puede quedar reflejado sobre el papel. La grafología no intenta ser una forma de "análisis profundo de la personalidad", tan solo un complemento en ciertos casos en los que sea necesario observar ciertas características personales. Así pues, se estudia el conjunto, no se extraen pequellos detalles que hablen de rasgos de carácter concreto. Es complicado decir si es totalmente fiable o no, en mi opinión, debe utilizarse como una técnica más, sumada a muchas otras que pueden darnos información de la persona.

Saludos

 

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