ATRACÓN

Tras la petición de una seguidora del Diván, abrimos nuevamente el debate sobre un tema que afecta a gran parte de las personas que padecen ansiedad: Los atracones.

Nuestra lectora "Dolores", comentaba lo siguiente:

" Utilizaba la comida como un escape, comía compulsivamente".
" Estos últimos días me he sentido muy deprimida".
" Ya no tengo ganas de hacer ejercicio".
" Hago las cosas por inercia".
" Me cuesta mucho estudiar".
" He recuperado mi peso pero tengo miedo de volver a aumentarlo".

Dolores pasó por una época en la que por motivos "X" estuvo sometida a una fuerte presión emocional y ello desencadenó un importante estado ansioso que le conducía a comer compulsivamente. Este hecho le hizo aumentar considerablemente el peso, y con ello, sentirse mal. Puso empeño para controlar la comida y consiguió adelgazar, pero la ansiedad no había desaparecido, por ello, el impulso de comer de forma compulsiva tampoco lo había hecho.

Los atracones son una respuesta a un importante estado de ansiedad fruto de una presión emocional. Los motivos de esta presión pueden ser miles, pero siempre vienen retroalimentados por nuestros pensamientos.

Los pensamientos negativos repetitivos e insistentes que nos hacen sentir mal, son precisamente los detonadores de acciones compulsivas como los atracones, explosiones que se manifiestan cuando la ansiedad ha superado un umbral determinado y se ha convertido en un elemento difícil de controlar. Aún así, la ansiedad sí se puede controlar, y con ello evitar acciones como las anteriormente descritas, acciones que únicamente provocan más angustia y malestar.

Dolores nos comentaba que ahora volvía a estar deprimida, que le costaba realizar sus tareas habituales e incluso estudiar.

Este estado depresivo que le hace sentir mal provoca pensamientos negativos tales como : "me siento mal por no estudiar", "me siento mal por no cumplir con mis obligaciones", " me siento deprimida por quedarme encerrada en casa", etc. Estos pensamientos aumentan la ansiedad y llega un día en que el atracón aparece, vuelve a aparecer, y se convierte en un hábito difícil de parar.

Las tres grandes preguntas son:

¿ Qué motivos tiene Dolores para estar triste y sentirse deprimida?
¿ Los pensamientos que acompañan a su estado, le ayudan o le hacen decaer aún más?
¿ Qué pensamientos positivos podrían ayudar a Dolores a sentirse mejor y evitar este estado?


Este es un análisis que uno mismo puede hacer. Detectar todos aquellos pensamientos, muchas veces inconscientes, que provocan un estado anímico depresivo y reconvertirlos. En ocasiones, las exigencias y obligaciones del día a día nos superan en un momento dado y es entonces cuando nos venimos abajo. Pensamientos negativos que infravaloren nuestras posibilidades y nos machaquen aún más, no permitirán que sigamos de forma sana nuestro camino; por lo contrario, si conseguimos reformularlos y convertirlos en pensamientos que nos motiven y nos animen a superar los obstáculos con los que nos encontramos, conseguiremos superar el reto al que cada día nos enfrentamos.


Con todo esto yo le diría a Dolores:

Cambia el " No puedo con tantos trabajos y materia de estudio" por un " Si empiezo hoy mismo a estudiar, adelantaré los trabajos y todo el material que me espera".

Cambia el "No puedo" por un "Lo haré de este modo".

Cambia el " Me siento mal" por un " Si hago esto, me sentiré mejor".


Si reformulas los pensamientos que te atormentan y retroalimentan la ansiedad, los atracones disminuiran y desaparecerán. No los temas, actúa para hacer frente a ellos.




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