martes, 19 de agosto de 2008

ES PERFECTO


No sabemos porqué pero cada día el sentimiento es más fuerte. Hemos entablado conversación en algunas cenas de amigos y hemos coincidido varias veces comprando en el mismo centro comercial del barrio. En realidad, no hemos compartido mucho tiempo juntos, pero sabemos que es la persona ideal.
Creemos conocer cómo es, qué piensa, qué siente, cómo se comporta son sus compañeros, con la familia, cómo es en la intimidad, qué piensa, cuales son sus ideales, cómo actuaría en cada ocasión…NO LO HEMOS VISTO, PERO CREEMOS CONOCER CADA DETALLE DE AQUELLA PERSONA QUE TANTO ADMIRAMOS O HASTA DESEAMOS.

¿Es realmente como nosotros creemos? ¿Por qué estamos tan seguros de cómo es? ¿Es una realidad o tan solo un reflejo de nuestras necesidades y anhelos?

Vemos algo que nos gusta e imaginamos como serán todas las demás. Todo aquello que imaginamos, responde a lo que esperamos de una persona, y por ello, idealizamos el cómo será “el supuesto individuo perfecto” en realidad. Aquellas situaciones que no hemos vivido con él, las anticipamos, prevemos cual sería su modo de respuesta en función de lo que nosotros desearíamos. De esto se trata la idealización: atribuir cualidades, cualidades que nosotros esperaríamos de la PERSONA IDEAL, a partir de pequeñas actuaciones de una persona, que, en muchas ocasiones, no son suficientes para conocerla de verdad.

Algo así ocurre con el fenómeno fan. Con personajes que no podemos conocer en persona, tales como actores, cantantes, presentadores de televisión, etc. Podemos llegar a idealizar su forma de ser y hacer, tan solo con la imagen que percibimos a través de los medios de comunicación. Sorprendente, la mente humana elabora un entramado de emociones “pasionales” que bien podrían protagonizar una serie latinoamericana de sobremesa y así mismo ofuscar por completo aquel que idolatra.

La idealización pone en aumento la emoción

Cuanto más idealizamos, más potenciamos la emoción. Esta puede ir “in crecendo” de forma desmesurada y descontrolada, hasta tal punto que ni nosotros mismos entendamos cómo hemos llegado a esa situación de desesperación. Cuando perdemos esta capacidad de racionalizar, tan solo sentimos, y sin pensar, nos adentramos en un bucle de “quiero y no puedo”, sobretodo, si la persona idealizada es inaccesible. Es esta misma inaccesibilidad la que aumenta la ansiedad por conseguir y con ello, el sentimiento de IMPOTENCIA.

Cuando ello ocurre, debemos ser capaces de razonar qué está ocurriendo y analizar qué emociones aparecen realmente: ¿Es deseo y amor o es puramente ansiedad ante la desesperación? Con ello podemos saber si nuestro “sufrimiento” vale la pena, y si, realmente, la persona soñada, es como creemos que es. Por supuesto, la accesibilidad es otro factor a valorar. Ya no hablamos de artistas y famosos, hablamos de la accesibilidad hacia personas que nos rodean y que hemos podido idealizar al ver como se relacionan con sus parejas, sus amigos, sus compañeros de trabajo, etc.

Dicen que quien la sigue la consigue, pero también estamos de acuerdo en que seguir es una elección libre e individual, y que por ello, merece ser perseguida mientras no nos perjudique y se vuelva en nuestra contra.



Consulta privada Mª Teresa Mata, psicoterapeuta y fisioterapeuta.

VISITAS DE LUNES A VIERNES CENTRE BALMES

Plaza Gala Placidia Nº 10-12, 5º 2ª 08006 - Barcelona Contacto: 617834474