martes, 6 de noviembre de 2007


UN MES MÁS





Noviembre es lo que podríamos denominar, la frontera psicológica entre el ambiente cálido y el espíritu invernal.


Es el mes de la transición; a las 6 ya es de noche, octubre nos ha borrado el recuerdo de las vacaciones, con el "viruji" cuesta levantarse por la mañana, y sin una taza bien caliente de café con leche aún más. Noviembre es el mes del antes y el después, es una bienvenida a las colchas y nórdicos, a las largas tardes de domingo en casa, a los churros y las castañas, y en definitiva, a una nueva forma de vivir el día a día. El frío nos invita a pasar más horas en el sofá, ir al gimnasio después del trabajo se convierte en todo un mérito (y ya no digamos a primera hora), y por una extraña razón “sobrenatural”, hacer cualquier cosa nos cuesta más. Y es que en noviembre nos gusta ser hogareños, y de hecho, también disfrutamos de ello.

En Noviembre todo cambia; quizás llegan las bajas temperaturas, quizás no, pero la verdad es que este mes, inconscientemente, nos hace coger el abrigo y empezar a pensar dónde pasaremos la noche vieja y cual será el menú de Navidad. Los grandes almacenes se preparan para la operación “compras compulsivas” y nos adelantan sus suculentas ofertas de 2X1 en dulces y marisco congelado. Esta es una guerra psicológica a la que todo usuario se enfrenta: soportar anuncios consecutivos sobre comida, perfumes y juguetes, ver las luces con motivos navideños colgadas un mes y medio antes de las fiestas, vencer la tentación de no comprar el vestido de fin de año ya expuesto en el escaparate del Zara, ... Son pequeños retos que, como consumidores, nos proponemos afrontar, y todo ello por una simple razón: vencer las prenavidades.


Prenavidades, un concepto que se repite cada año y que cada vez se apodera antes de nuestro entorno. Con ellas vivimos la experiencia antes que se de el acontecimiento, y con tanta preparación y presaturación, a veces, ya ni distinguimos el día que realmente estábamos esperando. De todos modos, hay quien disfruta más de este estrés prenavideño que de la festividad en si, ya sea buscando días y días el atuendo perfecto para la ocasión, recolectando cajas de turrones “por si acaso”, cogiendo hora a la peluquería 3 semanas antes, o buscando “el juguete perdido” del niño, momento en que todo padre se convierte en el auténtico Indiana Jones de la Navidad. Sea como sea, las prenavidades tienen bien distraída a la mitad de la población, regalan ilusión a los niños y a los no tan pequeños, y a pesar del descomunal consumismo y el “estrés” que presuponen, hacen de estos meses una época muy particular. De hecho, tan particular como cada una de nuestras vidas, cada uno de nuestros pensamientos y cada uno de nuestros más profundos sentimientos. Por ello, cada uno de nosotros vive las prenavidades a su manera, y esto es lo que realmente las define como algo que, en definitiva, no se puede explicar, sino experimentar.

Así pues, como dice la canción, vivamos este momento "a mi manera", pero no sólo Noviembre, sino todo el resto del año...No olvidemos qué decía el título de este post: UN MES MÁS, ...UN MES MÁS PARA VIVIR A NUESTRA MANERA.




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6 Comments:

At 3:02 p. m., Anonymous Anónimo said...

Sólo puedo decir una palabra EXCELENTE el relato del otoño,has sabido transmitir lo romántico que es y me has hecho sonreir. Gracias. Un beso

 
At 4:33 p. m., Blogger ´´ said...

hoy sabado he escuchado a una señora que se depedia de otra con un :

bones festes .

la cosa empieza a preocuparme .

 
At 11:36 p. m., Blogger El Divan Digital said...

Vaya, ¡esto sí que es adelantarse!

En Tarragona y Barcelona he observado que ya han colgado algunas luces, los anuncios de nuevos discos esta semana se ha notado que han ido en aumento, y hace dos días, un periódico gratuito publicaba una "notica" sobre la nuevas tecnologías en los juguetes de hoy en día...

Sí señores, primera semana y media de noviembre y las prenavidades efectivamente han llegado.

Un salugo

 
At 4:09 p. m., Blogger ariminerva said...

No se si debido a que nací un frio noviembre, o tal obedece al hecho de ver los castaños cargadaso de frutos, pero sinto la llamada a la intimidad, al refugio de la seguridad en mi misma.

 
At 4:21 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me gusta el frio y lo prefiero al calor, quizás tambien porque en verano a pleno sol no puedo salir a la calle, ya que tomando opiáceos he tenido algun que otro problema y tampoco es plan, pero siempre he preferido el frio.
Las navidades ya es otra cosa, nunca las he soportado, la hipocresía del amor volcado en cuatro días y el resto del año no me acuerdo de tí para nada, es superior a mi manera de entender las cosas.
Epoca demasiado hipocrita y mezquina para mi gusto.

 
At 1:31 p. m., Blogger El Divan Digital said...

Bienvenidas Ariminerva y Roma.

Yo también nací en Noviembre y, no se el porqué, pero cada año siento que con él empieza una nueva época, un cambio, algo que no percibo el resto de meses del año.

Un saludo.

 

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