viernes, 20 de abril de 2007

ALCOHOLISMO. ALGO MÁS PARA COMPARTIR


El alcoholismo consiste en un consumo excesivo de alcohol de forma prolongada con dependencia del mismo.
Es una enfermedad crónica producida por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual interfiere en la salud física, mental , social y familiar así como en las responsabilidades laborales.

Reconocer el problema es el primer paso en todo tratamiento del alcoholismo. Fácilmente, las personas adictas al alcohol, niegan la necesidad de someterse a un proceso de desintoxicación y creen que en realidad el problema no es tan grave o que el problema no existe.


El segundo paso es la desintoxicación. Esto puede suponer la estancia del paciente durante un periodo indeterminado, (quizás varias semanas), bajo tutela en hospitales especializados donde puede que se utilicen determinados medicamentos para evitar el síndrome de abstinencia.

Finalmente, después del período de desintoxicación, puede someterse al paciente a diversos métodos de Terapia de grupo o psicoterapia para tratar problemas psicológicos de fondo que hayan podido llevar al individuo a la dependencia. Estos grupos continúan trabajando muchas veces el proceso de desintoxicación y hacen un fuerte hincapié en la prevención de recaídas. La persona alcohólica nunca deja de serlo, como ya hemos dicho, esta enfermedad es CRÓNICA. Lo que intenta la terapia es aportar un autocontrol a la persona que le permita llevar una vida cotidiana saludable. La adicción al alcohol convive con el ser que la padece, pasa a formar parte de su modo de vida, pero no por ello tiene porque volver a manifestarse con la ingesta del mismo.

En toda terapia grupal se trabaja sobre el “ quien soy yo” y el “porque estoy aquí”. En nuestra vida buscamos una respuesta a estos interrogantes y esta varia dependiendo en el contexto en que nos encontremos. Nosotros no dejaremos de ser quien somos independientemente de la situación que experimentemos, pero puede que una parte de nosotros si varíe. Así pues, en un grupo de terapia para adicciones, seremos una persona enferma que necesita ayuda y está dispuesta a poner todo el esfuerzo necesario para conseguir su objetivo. Si llegamos a terapia siendo un individuo que “solo toma 2 cervezas, vino en las cenas, y un carajillo después de comer, etc…y eso no es un problema”, difícilmente podrá integrarse en el grupo y encontrar un beneficio en el mismo.



En este tipo de psicoterapias, lo importante no es el grupo en si, sino cada uno de sus miembros. Es decir, si hacemos un rápido paralelismo con el ámbito deportivo, en un equipo de basket lo importante son los resultados del grupo, no los de cada uno de sus miembros de forma aislada. En el mundo de la Psicoterapia grupal, lo importante son los resultados individuales, y que el conductor de la sesión salvaguarde a cada uno de los miembros, midiendo las intervenciones de todos y haciendo énfasis en cada uno de los aspectos personales de los asistentes. Las normas o indicaciones “generales” no siempre son efectivas y además de darse a nivel grupal, tendrán que tener un efecto individual ( único y distinto para cada miembro).

Así pues, la importancia de las terapias grupales radica en la posibilidad de que el paciente pueda identificarse con otros individuos que tienen su problema, en comprender el trastorno y en aprender estrategias mejorar el autocontrol y evitar las recaídas.

Con las técnicas de autocontrol, lo que se pretende es que los pacientes aprendan a controlar el deseo de beber y a manejar situaciones que puedan provocarlo. Para ello se les entrena en conductas asertivas, en habilidades de autoobservación, autoevaluación y autorrefuerzo/autocastigo y se discriminan situaciones donde es más fácil controlar el consumo.

Dentro de la prevención de recaídas, las principales estrategias utilizadas son la discusión de la ambivalencia del paciente, la identificación de desencadenantes emocionales y ambientales del deseo y consumo de alcohol, el desarrollo de habilidades para afrontar el estrés interno y externo, el análisis de las consecuencias del consumo y el aprendizaje de los episodios breves de recidiva para que la prevención sea eficaz.

Tratar todos estos temas de forma abierta en el grupo puede colaborar a encontrar recursos personales que ayuden al individuo a responder hábilmente a todo aquel problema que se interponga en su camino sin desencadenar la necesidad de “solucionarlo” con “una copa”.

Socialmente el alcohol está aceptado en todas las reuniones, fiestas y celebraciones y beber es un hábito que facilita la desinhibición y las relaciones personales. Tomar dos copas los fines de semana no es un problema, pero creer que el alcohol es habitual en todas las comidas, reuniones semanales con amigos, después del desayuno y antes de ir a dormir sí lo sea. El hombre sano es aquel que no vive esclavo de sus hábitos.





Consulta privada Mª Teresa Mata, psicoterapeuta y fisioterapeuta.


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Plaza Gala Placidia Nº 10-12, 5º 2ª 08006 - Barcelona Contacto: 617834474

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2 Comments:

At 10:29 a. m., Blogger TDG said...

Lo que un alchólico lo será toda la vida, solo que regulará y autocontrolará sus ganas, no se si estoy de acuerdo. Es lo mismo decir que un asesino siempre loserá, pero que ha dejado de matar porque se controla.
Una vez oí en la radio, que lo que diferencia al asesino al que no mata, es que el que no mata se peude controlar. O quien no ha tenido ganas de arracancar la cabeza a algun energúmeno en su vida?
No se, da para mucho el tema.
Saludos
(Daniel Arias)

 
At 10:46 a. m., Blogger El Divan Digital said...

@ el Jardin

Encantados de verte de nuevo por el Diván Daniel.
Cuando hablamos de alcoholismo como enfermedad crónica, nos referimos a que la persona que padece esta enfermedad deberá cuidarla para toda la vida, quizás siguiendo un tratamiento farmacológico incluso. Esto no significa que vuelva a recaer siempre, simplemente que todo aquel que vuelva a tomar una copa es muy posible que vuelva a beber de forma descontrolada, y por ello, la única solución eficaz es la abstinencia ABSOLUTA.

La diferencia entre un alcohólico y un asesino ( no hablamos de psicópatas que matan en serie por placer ) es que el asesino no es ADICTO a matar, no mata a un hombre y el síndrome de abstinencia le lleva a matar otro; en cambio, el alcoholico, si prueba una copa, dos y tres, es muy probable que vuelva a ser un adicto de la bebida, el síndrome de abstinencia se eleva a la enésima potencia e "intoxicarse" vuelve a ser la principal razón de vida.

Un saludo Daniel, esperamos verte de nuevo por el Diván.

 

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